La consolidación de los proyectos sustentables, si bien se demuestra a través de su certificación, abarca mas que ese proceso: se trata de dotar de una identidad y funcionalidad al edificio totalmente orientada a la sustentabilidad en todas sus formas.
Comenzando por la etapa más visible y palpable, la certificación de estos proyectos sustentables, se alcanza a través de la adopción de medidas tanto sobre la estructura construida como en los sistemas instalados.
Dependiendo el tipo de proceso que afronte el proyecto, la transformación sustentable tendrá mayor visibilidad, y mayor alcance, al certificarse bajo un programa como LEED o EDGE. Para lograrlo, el proyecto debe suscribir a dichos programas y corresponder las medidas con los requerimientos de cada uno, a fin de hacer medible y palpable los cambios generados.
Para certificar un proyecto sustentable, por ejemplo, realizamos una auditoría y un análisis de factibilidad. Esto nos permite conocer la situación actual, compararla con la situación deseada y estimar un resultado aproximado entre los objetivos del cliente y las posibilidades de alcance para el proyecto.
Si bien existen formas de calificar la sustentabilidad de un proyecto sin un certificado, por ejemplo, con los etiquetados sobre la eficiencia energética que pueden demostrar que tan sustentable es un proyecto residencial. Si los indicadores fueran eficientes, sin necesidad que la propiedad esté certificada, hablamos de posibles proyectos sustentables.
Ahora bien, analizando otros factores y comparando beneficios, la certificación no solo asegura la sustentabilidad actual, sino que emplea un programa que continua a futuro y revisa el estado del proyecto continuamente, asegurando no solo su eficiencia sino su mejora durante el paso del tiempo.
Además del factor económico que genera el impacto de mayores ahorros por la profundidad de las medidas aplicadas, también se tiene en cuenta la valorización del metro cuadrado. O, si hablamos de empresas, los proyectos sustentables adquieren mayor valor gracias a responder a los criterios ESG desde su certificación.
El certificado es relevante, pero también lo es el compromiso por la sustentabilidad. Los programas son exigentes, pero multiplican los beneficios de quien tome el desafío de afrontarlos y, al final, maximizarán las variantes de ganancias para el cliente y para el ambiente.
